A MI HIJO


Me gusta el olor infantil que de tu cuerpo yo bebo,
que quisiera conservar para siempre entre mis dedos.

Ya sé cuál es tu resumen: "para mí todo lo quiero".
Pero aún no soy capaz de entregarte
la caja de los mil deseos.
Los guardaré, y uno a uno soltaré
atrapado en el futuro.

Dejo de mirarte porque me parece un exceso,
y domino mis abrazos por temor a hacerte daño.

Cuento mis besos para no gastar tu paciencia;
y es que mis sentidos buscan tus contactos
en los golpecitos de tus manos,
el sabor de tu piel en mis labios
y en la luz de tus ojos negros.

Es miedo por si lo que miro es un sueño,
es miedo hasta en el más pequeño suceso,
es el miedo de que pase este momento.

Quisiera ser la eternidad que dibujas en tus sueños.
Quisiera ser la luz que nunca falte en tu universo.
Quisiera ser la decisión que está junto a tu pecho.

Deseo y luz, luz y deseo,
pues al fin y al cabo,
cuando te tengo en mis brazos,
quisiera que ya me hablaras
para darte en un instante lo que sea tu deseo.